domingo, 29 de noviembre de 2009

GRANDES VENEZOLANOS


Por: Josè Tadeo Arreaza Calatrava

El Fauno Místico


Para un jardín galante, un perfecto cincel

En pentélico bloque modeló un fauno.

El MalNo Clava en ese pecho de piedra su puñal,

Ni esos labios risueños empapó con su hiel.

El artista impecable a quien diste un laurel,

En tu irónico mármol reveló su ideal,

¡Oh fauno que entre el llanto de la tarde invernal,

Indiferente luces tu sonrisa cruel!...

Pero es carne tu mármol, ¡Oh dios menor!

La manoQue te arrancó a la piedra, te dio el dolor humano,

De tu ceguera emana melancólica luz.

Acechas el fantasma de un placer que no existe.¡

Un espíritu nuevo la carne te hace triste,

Y amas con la tremenda locura de la Cruz!...



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Por: Miguel Otero Silva

El aire ya no es aire, sino aliento...

El aire ya no es aire, sino aliento;
el agua ya no es agua, sino espejo,
porque el agua es apenas tu reflejo
y ruta de tu voz es sólo el viento.
Ya mi verso no es verso, sino acento;
ya mi andar no es andar, sino cortejo,
porque vuelvo hacia ti cuando te dejo
y es sombra de tu luz mi pensamiento.
Ya la herida es floral deshojadura
y la muerte es fluencia de ternura
que a ti me liga con perpetuos lazos:
tornóse en rosa espléndida la herida
y ya no es muerte, sino dulce vida,
la muerte que me das entre tus brazos.




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Por: Andrés Eloy Blanco

LA RENUNCIA

He renunciado a ti. No era posible
Fueron vapores de la fantasía;
son ficciones que a veces dan a lo inaccesible
una proximidad de lejanía.

Yo me quedé mirando cómo el río se iba
poniendo encinta de la estrella...
hundí mis manos locas hacia ella
y supe que la estrella estaba arriba...

He renunciado a ti, serenamente,
como renuncia a Dios el delincuente;
he renunciado a ti como el mendigo
que no se deja ver del viejo amigo;

Como el que ve partir grandes navíos
como rumbo hacia imposibles y ansiados continentes;
como el perro que apaga sus amorosos brios
cuando hay un perro grande que le enseña los dientes;

Como el marino que renuncia al puerto
y el buque errante que renuncia al faro
y como el ciego junto al libro abierto
y el niño pobre ante el juguete caro.

He renunciado a ti, como renuncia el loco a la palabra que su boca pronuncia;
como esos granujillas otoñales,
con los ojos estáticos y las manos vacías,
que empañan su renuncia, soplando los cristales en los escaparates de las confiterías...

He renunciado a ti, y a cada instante
renunciamos un poco de lo que antes quisimos
y al final, !cuantas veces el anhelo menguante
pide un pedazo de lo que antes fuimos!

Yo voy hacia mi propio nivel. Ya estoy tranquilo.
Cuando renuncie a todo, seré mi propio dueño;
desbaratando encajes regresaré hasta el hilo.
La renuncia es el viaje de regreso del sueño...



ORIANA GONZÁLEZ
CI:17.787.025

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